El observatorio de Dios

Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Salmos 139:3

Leer Salmo 139:1-18, 23-24

En un artículo de la revista Decisión, el astronauta Jack Lousma relataba cómo se veía la tierra desde el espacio exterior. Escribía así: «... con el ojo desnudo podía ver autopistas, aeropuertos, y ciudades... las blancas nubes y la nieve sobre las montañas. Podíamos ver los campos de cultivo como retazos, con sus colores verdes y ocres, y los desiertos hermosamente pintados... Cuando estábamos sobre Chicago pudimos ver la mayor parte de la Bahía de Hudson y al mismo tiempo Washington D.C. y Baltimore. Podíamos ver dos terceras partes del río Mississippi y hasta Denver».

Jack Lousma

Lo que me intriga de esta visión del mundo que tuvo Lousma desde el exterior es su inclusividad, las montañas, los ríos, las ciudades, y además el intrincado sistema de autopistas, campos, y aeropuertos.

Me recuerda la perspectiva de Dios, una perspectiva que deja en comparación enana la descripción de Lousma. La Biblia dice que «los ojos de Jehová contemplan toda la tierra (2 Crónicas 16:9)».Aún más, nos ve individualmente, y por si esto no fuera ya de por sí asombroso, lo sabe todo acerca de nosotros: ¡incluso nuestros más íntimos pensamientos!

El hecho de que estamos constantemente bajo la mirada de Dios puede ser muy perturbador para el creyente, pero a la vez profundamente consolador. Perturbador porque somos pecadores, pero consolador porque, estando en Cristo, ninguna circunstancia nos puede apartar de Su amor. Él nos comprende y está al corriente de todos nuestros caminos.

¿No estás lleno de gratitud ante el hecho de que el observatorio de nuestro Padre Celestial abarca tanto que nada le toma de improviso, y que está controlándolo todo?

PENSAMIENTO: No tenemos que temer los peligros que nos rodean en tanto que la mirada del Señor esté posada sobre nosotros.