Alimentando al enemigo

«Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen» Lucas 6:27

Lectura recomendada Lucas 6:27-36

Durante el siglo XIX, la población tribal de Nueva Zelanda estaba a menudo enfrentada en guerra contra las tropas británicas de ocupación. Un día, mientras se recuperaba de una agotadora escaramuza, un general llamado Cameron y sus hombres acamparon en las orillas del río Waikato. Sus soldados estaban bajos de provisiones, y esperaban un ataque de los guerreros maoríes. De repente, un hombre que había sido puesto como vigía avisó que varias canoas de gran tamaño estaban subiendo río arriba.

Cameron y sus fuerzas esperaban que las canoas estuvieran llenas de guerreros, pero se vieron sorprendidos de ver las barcas cargadas con leche, cabras y patatas. Los maoríes dijeron: «Hemos oído que estabais hambrientos, y el Libro que los misioneros trajeron dice: "Si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer." Vosotros sois el enemigo. Tenéis hambre. Os alimentamos. Esto es todo.» Los maoríes saltaron a la orilla, descargaron los víveres, y se volvieron apaciblemente a su poblado.

Estos neozelandeses tribales, iluminados por la Palabra de Dios, habían mostrado amor hacia sus enemigos. Se habían tomado Romanos 12:20 al pie de la letra, viendo que quería decir lo que dice.

¿Deberíamos nosotros hacer menos que esto?
Recuerda por un momento tu reacción cuando alguien en tu trabajo te hizo enojar. Piensa acerca del compañero de estudios que te trató mal. ¿Respondiste con la leche y la miel de la bondad humana? O aún mejor, ¿le diste a gustar el fruto del Espíritu Santo en tu vida?

Nuestro verdadero carácter como cristianos se conoce mejor por nuestras acciones hacia aquellos que nos maltratan. La represalia vengativa no debería tener lugar alguno en nuestras vidas. En lugar de ello, hagamos como los maoríes, y «alimentemos al enemigo».