sábado, 1 de agosto de 2015

¡Seamos agradecidos!

¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? (Salmos 116:12)

-¿Qué te pasó?, preguntó un vecino a un niño que tenía una tirita en la cara.
-¡Oh!, respondió su madre que estaba junto a él, tropezó y cayó de cabeza sobre un rastrillo. Por poco se saca un ojo.
El interlocutor parecía esperar algo más.
-Espero que le sirva de lección, continuó diciendo la madre.
-¿Eso es todo?, preguntó el vecino.
-¿Y qué más quiere?, repuso la madre.
-¡Falta la conclusión!, declaró seriamente el hombre, quien señalando el cielo agregó: «Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.» (Salmos 103:2).

¡Cuán fácilmente olvidamos dar gracias a Dios por todo lo que nos concede; por la vida que nos da y nos renueva, por su protección y su ayuda, a veces milagrosa!

En el evangelio leemos que de los diez leprosos que Jesús había sanado, sólo uno volvió para darle las gracias (Lucas 17:11-19). Y nosotros, creyentes por quienes Jesucristo murió para darnos la vida eterna, ¿podríamos dejar pasar un día sin darle las gracias y alabarlo por esa sanación tan grande?

A esto tenemos que añadir todas las bendiciones materiales y espirituales que hemos recibido del Señor, todas las respuestas a nuestras oraciones, todas las alegrías que experimentamos en nuestras familias o cuando estamos reunidos en torno a Él.

¡Claro que Dios merece nuestro agradecimiento! Que sepamos expresárselo mediante nuestras oraciones y una vida que le agrade y lo honre.
Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. (Salmos 118:29)

0 comentarios:

Publicar un comentario

¿QUIERES INSERTAR UNA IMAGEN O UN VÍDEO EN TUS COMENTARIOS?

Para insertar una imagen utiliza este código: [img]URL de la imagen[/img]
Para YouTube o Vimeo usa este otro código: [video]URL del video[/video]