Una fea tarta de manzana

La congoja en el corazón del hombre lo abate; Mas la buena palabra lo alegra. (Proverbios 12:25)

Leer Proverbios 12:17-28

Un hombre fue invitado al hogar de unos amigos para comer. Todo había estado excelente; todo menos la tarta de manzana. No es que hubiera estado mal, pero no había estado a la altura del resto de la comida. Sin embargo, el invitado trató denodadamente de hallar buenas cosas que decir acerca de la tarta.

Pasado un tiempo, el mismo hombre volvió a visitar a la misma família, y se quedó para comer. Es esta ocasión la culminación de la comida fue una tarta de cerezas que era absolutamente deliciosa.

Pero el visitante no dijo ni una palabra acerca de ella. Esto realmente molestó a la mujer, que finalmente estalló: «No lo entiendo. La última vez que estuvo usted aquí serví una tarta de la que me quedé avergonzada, y a pesar de ello usted la alabó mucho. Esta noche le he dado lo que me parece que es, la mejor tarta que jamás haya hecho, y usted no ha dicho ni una palabra acerca de ella.»

El hombre sonrió y contestó: «Déjeme decirle porqué. Estoy de acuerdo en que la tarta de cerezas esta noche ha estado fantástica, y que la tarta de manzana del otro día no era tan buena como ésta. ¡Pero aquélla necesitaba la alabanza!»

Nuestra relación con la gente es de esta manera. Unos necesitan más aliento que otros. Cierto, todos los que merecen la alabanza deberían recibirla, pero sin adulaciones. Y nunca deberíamos decir que algo es bueno cuando es verdaderamente malo. Sin embargo, por imperfecta que pueda parecer una persona, o por pobremente que actúe, siempre podemos hallar algo que valga la pena de alabar.

En todo nuestro alrededor se hallan personas desalentadas, quizás incluso en nuestros hogares. Busquemos maneras de darle el necesario aliento.

PENSAMIENTO: Si ves a alguien hoy sin una sonrisa, ¡dale una de las tuyas!