Sea vuestra palabra siempre con gracia [...] para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. (Colosenses 4:6)
Lectura recomendada: Proverbios 22:1-11
El gran estadista francés Richelieu era un hombre de una gran cortesía. De hecho, se dice que en una ocasión alguien fue a solicitarle un trabajo, sabiendo ya de entrada que sería rechazado. Pero la manera de hablar de Richelieu era tan cálida y acogedora que valía la pena que le negasen a uno una petición sólo para oír lo amablemente que se expresaba, incluso cuando era para negarse algo.
Todos podemos aprender del ejemplo de Richelieu. En los primeros años de nuestro matrimonio, mi esposa Margaret me recordó amablemente en una ocasión de mi tendencia a expresar mis opiniones en ocasiones, con demasiada viveza.
En mi entusiasmo por mostrar algo hablaba fuerte y con mucho ímpetu. Como resultado, a menudo parecía enfadado cuando en realidad no lo estaba.Me pregunto, ¿cómo es tu manera de hablar? Richelieu era tan amable y lleno de gracia que incluso cuando daba malas noticias era fácil escucharle. Éste es el tipo de reputación que como cristianos deberíamos tener en nuestra relación con los demás.
Deberíamos ser tan sensibles a sus necesidades, dolores, y desengaños que ninguna palabra poco amable saliera de nuestros labios y que ningún tono rudo se oyera en nuestras voces, incluso cuando veamos necesario actuar con firmeza frente a otros.
Como creyentes, todos tenemos a Cristo morando en nosotros. Y, al cederle el control, Su amor se hará evidente tanto en lo que decimos como en cómo lo decimos.
Piensa acerca de esto. La diferencia entre constituir una ofensa o una bendición reside a veces en nuestra manera de hablar.
PENSAMIENTO: Las palabras gentiles caen suavemente, pero tienen un gran peso.
0 comentarios:
Publicar un comentario
¿QUIERES INSERTAR UNA IMAGEN O UN VÍDEO EN TUS COMENTARIOS?
Para insertar una imagen utiliza este código: [img]URL de la imagen[/img]
Para YouTube o Vimeo usa este otro código: [video]URL del video[/video]