Los filisteos derrotan a los israelitas y toman el Arca del pacto como botín de guerra y la ponen junto a su dios en el templo de Dagón
Fue hacia el año 1000 antes de Cristo cuando el Arca de la Alianza fue capturada.
Los hebreos se hallaban inmersos en otra guerra, esta vez contra los filisteos, los «Hombres del Mar». Y en una de las batallas (Eben Ezer) fueron derrotados.
Después de que los filisteos capturaran el arca de Dios, la llevaron del campo de batalla en Ebenezer hasta la ciudad de Asdod. Llevaron el arca de Dios al templo del dios Dagón y la pusieron junto a una estatua de Dagón. (1 Samuel 5:1-2)
Dagón (derivado de la raíz semítica dag, que significa, "pez pequeño") era una divinidad anfibia, antiguo dios adorado en Siria y en la región más occidental de Mesopotamia. Se convirtió en el dios principal de los filisteos como dios del mar y tenía sus templos principales en Gaza y Ashod.
Todos los estudiosos están de acuerdo que tanto el nombre como el culto de Dagón se importaron de Babilonia. Su nombre aparece en Hebreo como דגון y se le llamaba Dagán, palabra relacionada con dag, pez.
El culto a Dagan era propio de los amorreos del Siglo XXII a. C. Dos siglos después se difundió entre asirios y babilonios. En Canaán, a este dios se lo designaba con el apelativo Il (El) [literalmente dios]
Asdod en hebreo: אַשְׁדּוֹד
Asdod, fue una de las cinco ciudades-estado de los filisteos,
El primer asentamiento documentado con fechas de la ciudad de Asdod a la cultura cananea es del siglo XVII a. C., por lo que es una de las ciudades más antiguas del mundo.
Pero volvamos a la historia que nos ocupa hoy...
Los filisteos, triunfantes, condujeron la misteriosa caja de acacia y oro hasta Asdod, una de sus ciudades, y la depositaron en el interior del templo dedicado al dios Dagón.
¿Qué había sucedido? ¡Era la primera vez que los hebreos perdían el arca!
El pueblo judío vivió, sin duda, uno de los momentos más trágicos de su historia.
El arca, sin embargo, a pesar de las apariencias, no había perdido su poder. Nada de eso...
A la mañana siguiente, la estatua de Dagón apareció en el suelo...
Pero cuando los ciudadanos de Asdod fueron a verla a la mañana siguiente, ¡la estatua de Dagón había caído boca abajo delante del arca del Señor! Así que levantaron a Dagón y nuevamente lo colocaron en su lugar. (1 Samuel 5:3)
Fue levantada pero, al día siguiente, el «hombre-pez» estaba de nuevo en tierra, esta vez, con la cabeza y las manos separadas del cuerpo.
Pero temprano al día siguiente sucedió lo mismo: de nuevo Dagón había caído boca abajo frente al arca del Señor. Esta vez su cabeza y sus manos se habían quebrado y estaban a la entrada; solo el tronco de su cuerpo quedó intacto.(1 Samuel 5:4)
El «aviso» atemorizó a los filisteos, pero siguieron empecinados en conservar el Arca.
Entonces la mano dura del Señor hirió a la gente de Asdod y de las aldeas cercanas con una plaga de tumores. (1Samuel 5:6)
Los filisteos empezaron a enfermar de un terrible mal. Viendo que el Dios de Israel era mas poderoso que su dios Dagón quisieron alejar el Arca trasladándola a la ciudad de Gat.
Cuando el pueblo se dio cuenta de lo que sucedía, exclamó: «¡No podemos quedarnos con el arca del Dios de Israel ni un minuto más! ¡Él está en contra de nosotros! Todos seremos destruidos junto con Dagón, nuestro dios». (1 Samuel 5:7)
La situación no mejoró. Al contrario: la población de Gat, de pronto, se vio invadida por una epidemia de tumores (probablemente la fase eruptiva de la peste bubónica). Y, enloquecidos, los filisteos optaron por deshacerse del arca, enviándola a una tercera ciudad: Ekrón.
...Así que trasladaron el arca del Dios de Israel a Gat. Pero cuando el arca llegó a Gat, la mano dura del Señor cayó sobre sus hombres, jóvenes y mayores; los hirió con una plaga de tumores, y hubo gran pánico. Entonces enviaron el arca de Dios a la ciudad de Ecrón, pero cuando los habitantes de Ecrón vieron que se acercaba, clamaron: «¡Traen el arca del Dios de Israel a nuestra ciudad para matarnos a nosotros también!». (1 Samuel 5:8-10)
La ciudad fue igualmente castigada hasta tal punto que los que no morían, eran enfermados y el clamor de la ciudad subía al cielo.
Entonces el pueblo volvió a llamar a los gobernantes filisteos y les suplicó: «¡Por favor, regresen el arca del Dios de Israel a su propio país, o nos matará[b] a todos!». Pues ya había comenzado la plaga mortal enviada por Dios, y un gran temor se apoderaba del pueblo.(1 Samuel 5:11)
Al final se reunieron los príncipes filisteos y decidieron enviar el Arca de vuelta con los Israelitas.
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