(Jesús dijo) Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. (Juan 6:63-64)
Una noche, en un pueblo de la sabana en el Congo, unos incesantes ladridos despertaron a un misionero. Este trató de hacer callar a los perros, pero no lo logró.
Al día siguiente, cuando se quejaba porque los perros no lo habían dejado dormir, le contaron que los leones habían entrado en el pueblo. Sus huellas se dirigían directamente a la choza donde él dormía. Más tarde, narrando este suceso, añadió:
A usted, que tal vez le molesta que hablemos una vez más del juicio divino, porgue todavía no cree en el Señor Jesús, le repetimos: ¡Arrepiéntase y crea en el Evangelio! para escapar al juicio. ¡El Señor viene!Los perros hacían lo mejor que podían para advertirnos sobre el peligro, mientras yo, como un tonto, trataba de silenciarlos.
La Biblia nos presenta una buena noticia de paz y de vida. Dios ofrece la paz y la vida a todos los que creamos en su amor, cuya máxima manifestación tuvo lugar cuando dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, para liberarnos.
Es posible que usted ya haya oído estas advertencias. Quizá le parezcan pesadas, o fuera de lugar, porque piensa que no son para usted. La Palabra de Dios declara que todos los hombres pecaron (Romanos 3:23), pero Jesucristo, el justo, llevó en nuestro lugar el juicio que merecíamos (1 Pedro 2:24).
Escuche aún este versículo:
Mirad que no desechéis al que habla. [...] al que amonesta desde los cielos. (Hebreos 12:25)
Y la gente sale corriendo en cuanto pronuncias el nombre de Dios... bueno al menos no tendrán excusa.
ResponderEliminar