Mirando hacia atrás, para mirar hacia adelante

Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. (Salmos 73:23)

Lectura recomendada: Oseas 1-3

Cuando reflexionamos acerca del pasado, a menudo parece muy diferente de lo que nos parecía cuando lo vivimos. Por ejemplo, una joven lloró amargamente cuando rompió con un joven al que había estado prometida. Pero recientemente me decía que ahora mira hacia atrás a aquella pena de su corazón llena de gratitud. Hoy tiene un buen esposo cristiano, en tanto que su anterior pretendiente resultó ser un irresponsable que ya se ha divorciado de dos mujeres.

Cuando Oseas escribió el libro que lleva su nombre, vio los eventos anteriores de su vida, de una manera muy diferente a cuando tuvo que sufrirlos. Se había casado con una muchacha llamada Gomer sólo para ver que le era infiel, teniendo hijos de otros hombres, y entregarse a la prostitución ritual.

Con un corazón quebrantado prosiguió su ministerio, siempre amándola, y anhelando su restauración.

Finalmente llegó el día en que pudo comprar su libertad y devolverla a su hogar. Además, el Señor capacitó a Oseas para que viera su relación con Gomer como una dramática representación de la relación de Dios con su infiel nación Israel.

Creo que ésta es la razón de que Oseas pudiera decir antes en su libro, que el Señor, sabiendo todo lo que sucedería, había, en Su sabia providencia, dirigido al profeta a que contrajera este matrimonio.

En el cielo podremos mirar hacia atrás y ver los propósitos de Dios en todas las cosas que tuvieron lugar aquí en la tierra. Con esta certidumbre en el corazón, podemos mirar hacia adelante en esta vida, confiados y diciendo con el salmista: «Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria»

PENSAMIENTO: ¡Nunca tengas temor de confiar en un futuro desconocido mientras estés en el Dios que todo lo conoce!